Podemos sobrevivir días sin comer, sin dormir y sin beber agua, pero no lograremos sobrevivir más de un par de minutos sin respirar, debido que cuando respiramos obtenemos oxígeno para nuestro cuerpo, el cual es nuestro combustible y nos da energía para ser vitales y subsistir ante diferentes adversidades.
Nunca dejamos de respirar, es un proceso que realizamos todo el tiempo, nuestra boca y nariz están captando aire el cual viaja y llega a nuestros pulmones donde los alvéolos se encargan de extraer un gas que conocemos como oxígeno y lo lleva a la sangre para que llegue a las células y las alimente.
Sin embargo, la calidad y cantidad de oxígeno que obtenemos no es la adecuada. El oxígeno para alimentar nuestras células lo obtenemos del aire, y para nadie es un secreto que la calidad de nuestro aire no es la mejor, la polución, la contaminación y la gran cantidad de emisiones industriales afectan la calidad del aire que respiramos.
Considerando que las células dependen de forma considerable del oxígeno y un ser vivo es el resultado de la unión de las mismas, tiene sentido que nuestra vitalidad y salud dependa de la cantidad y calidad de oxígeno que respiramos, pero ¿cómo identificar si contamos con la cantidad y calidad de oxígeno adecuada?
Podremos identificar que la calidad y cantidad de oxígeno no es la adecuada porque podremos experimentar fatiga en actividades que no requieran de un gran esfuerzo, además de sentirnos cansados o exhaustos más de lo normal, adicional se podrían presentar dificultad para dormir lo que implica un gran esfuerzo para mantenernos atentos o concentrados, podríamos no pensar con claridad y hacernos lentos para desempeñar nuestro trabajo y de a poco comenzar a sentir dolores de cabeza más frecuentes. Aunque podríamos asociar a estos síntomas con el estrés, la migraña o el trabajo no siempre es del todo cierto, mucho de esto que experimentamos está directamente relacionado con la falta de oxígeno en nuestro cuerpo.
Considerando lo anterior podemos concluir que nuestras células no están recibiendo el suficiente combustible para dotarnos de la energía que necesitamos y que claramente muchas de ellas comenzaran a deteriorarse generando alteraciones en los diferentes sistemas que conforman nuestro cuerpo.
¿cómo podemos regenerar y reparar nuestras células? acá te explicamos como hacerlo.
No es de otro mundo considerar en tomar algo de oxígeno extra para reparar nuestras células y así obtener la energía que necesitamos en nuestro día a día y no te estamos hablando de terapias respiratorias y del tanque de oxígeno, se trata de terapias oxidativas que consiste en estimular el sistema inmunológico potencializando el proceso mitocondrial de las células y lo mejor de todo es que puedes hacerlo en casa.
Mediante la concentración regulada y dosificada del dióxido de cloro, conocido como CDS, suministrada por vía oral conseguiremos Potenciar el oxígeno en nuestras células. Favoreciendo la reparación y regeneración de las mismas manteniéndolas recargadas, vitales y sanas, nuestro cuerpo lo agradecerá.
Ponte al día con el protocolo C, 10ml de CDS en 1 litro de agua, por día. ¡Empieza ahora!
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